Claro, uno lee ese titular (La Vanguardia (21/08/08)) y se hace preguntas. Juntar diez embarazadas para que se suban al mismo ascensor cuesta. He intentando recordar si alguna vez he ido yo en ascensor con una embarazada y creo que no; pero con diez fijo que no. ¿Cómo pudieron coincidir todas a la misma hora en el mismo elevador?
¿Se trataba de una reunión de embarazadas con alguna reivindicación a cuestas?
Pues no. Me pongo las gafas y así, a parte del titular, ya puedo leer el resto del artículo.
Y me entero de lo siguiente:
El incidente ocurrió en un hospital de Blanes. Se subieron dieciséis personas y el cacharro cedió dos plantas hasta quedar detenido en el sótano. A una, que estaba en avanzado estado de gestación, le dio un ataque de ansiedad (lógico). Por lo visto todo acabó en susto. Causas del incidente –sigo leyendo–, pues el sobrepeso.
Y entonces ya lo entiendo. Un ascensor de hospital puede aguantar a dieciséis personas, pero si diez de ellas están embarazadas: No.
DIEZ EMBARAZADAS, ATRAPADAS DOS HORAS EN UN ASCENSOR
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